lunes, septiembre 21, 2009

ETICA EN CRISIS

¿Que sucedería si pusiéramos en cuestionamiento nuestra capacidad de obrar racionalmente?, ¿Y si aquellas cosas que consideramos buenas, nuestros valores fueran un engaño, el peor de los engaños, y lo bueno fuera lo contrario de lo que hemos sostenido siempre?, y ¿si en el peor de los casos nuestra “moral”, fuera la que nos esclaviza y vuelve más inhumana nuestra existencia? ¿Están fundadas nuestras sospechas?

Paul Ricoeur[1] llamó maestros de la sospecha a Freud, Nietzche y Marx, tres pensadores que se destacan precisamente por poner bajo sospecha algunos supuestos que hasta su llegada se daban por verdaderos sin más. Así lo expresa en su obra Hermenéutica y psicoanálisis:[2]

...los tres se erigen... como los protagonistas de la sospecha, los que arrancan las máscaras. Ha nacido un problema nuevo; el de la mentira de la conciencia el de la conciencia como mentira; este problema no puede figurar como un problema particular en medio de otros, pues aquello que es puesto en cuestión de manera general y radical, es aquello que se nos aparece, a nosotros, buenos fenomenólogos, como el campo, el fundamento, como el origen mismo de toda significación; me refiero a la conciencia.

¿Qué es lo que encontraron sospechoso? La religión, la moral y el concepto mismo de conciencia y junto con él, el concepto de libertad.

¿Sospechosos de qué? Para Freud, sospechosos de ser un sueño, una ilusión y hasta una neurosis. Para Marx, sospechosos de ser alienación, opio y aliados de la explotación. Y para Nietzche, sospechosos de ir contra las fuerzas auténticas y genuinas de la vida, de esta vida, que es la única que hay, prometiendo a los hombres un cielo y otra vida que no existe.

Seguiremos con este tema.....

[1] Jean Paul Gustave Ricoeur nació de febrero el 27 de 1913, en la valencia, Francia. Su trabajo se destaca por poner la reflexión filosófica en situación. Pertenece a la filosofía hermenéutica Murió el 20 de mayo de 2005.

[2] RICOEUR., Paul. Hermenéutica y psicoanálisis. Aurora, Buenos Aires, 1975, p. 5.