¿Que sucedería si pusiéramos en cuestionamiento nuestra capacidad de obrar racionalmente?, ¿Y si aquellas cosas que consideramos buenas, nuestros valores fueran un engaño, el peor de los engaños, y lo bueno fuera lo contrario de lo que hemos sostenido siempre?, y ¿si en el peor de los casos nuestra “moral”, fuera la que nos esclaviza y vuelve más inhumana nuestra existencia? ¿Están fundadas nuestras sospechas?
Paul Ricoeur[1] llamó maestros de la sospecha a Freud, Nietzche y Marx, tres pensadores que se destacan precisamente por poner bajo sospecha algunos supuestos que hasta su llegada se daban por verdaderos sin más. Así lo expresa en su obra Hermenéutica y psicoanálisis:[2]
...los tres se erigen... como los protagonistas de la sospecha, los que arrancan las máscaras. Ha nacido un problema nuevo; el de la mentira de la conciencia el de la conciencia como mentira; este problema no puede figurar como un problema particular en medio de otros, pues aquello que es puesto en cuestión de manera general y radical, es aquello que se nos aparece, a nosotros, buenos fenomenólogos, como el campo, el fundamento, como el origen mismo de toda significación; me refiero a la conciencia.
¿Qué es lo que encontraron sospechoso? La religión, la moral y el concepto mismo de conciencia y junto con él, el concepto de libertad.
¿Sospechosos de qué? Para Freud, sospechosos de ser un sueño, una ilusión y hasta una neurosis. Para Marx, sospechosos de ser alienación, opio y aliados de la explotación. Y para Nietzche, sospechosos de ir contra las fuerzas auténticas y genuinas de la vida, de esta vida, que es la única que hay, prometiendo a los hombres un cielo y otra vida que no existe.
[1] Jean Paul Gustave Ricoeur nació de febrero el 27 de 1913, en la valencia, Francia. Su trabajo se destaca por poner la reflexión filosófica en situación. Pertenece a la filosofía hermenéutica Murió el 20 de mayo de 2005.
[2] RICOEUR., Paul. Hermenéutica y psicoanálisis. Aurora, Buenos Aires, 1975, p. 5.
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